Mantener
el pH del cuerpo estable es de suma importancia, ya que evitará que nos
contagiemos de diversas enfermedades.
Lo
ideal es que el pH (grado de acidez y
alcalinidad) de tejidos, células y de la sangre se encuentre en 7.4 para
impedir el alcance de las enfermedades. Cuando el nivel del pH es inferior a 7
las células y tejidos se vuelven ácidos y
pierden su capacidad de intercambiar oxígeno, dándole oportunidad a las
células cancerosas de prosperar.
Los
órganos, tejidos, células y la sangre viven en un entorno “hostil” y cuando
disminuye el pH, la sangre actúa quitándoles a los organismos los nutrientes
que le faltan, lo que genera dolores de cabeza, agotamiento, entre otros.
Mantener
el pH equilibrado no es tarea fácil, ya que intervienen en la acumulación de
ácidos la mala alimentación, estrés, el ambiente, el metabolismo, entre otros.
Nuestro
cuerpo no puede combatir las enfermedades como el cáncer cuando el pH no se
encuentra equilibrado. El cáncer necesita un ambiente ácido y bajo en oxígeno
para sobrevivir. Es por ello, que la mayoría de los pacientes que padecen
cáncer terminal tienen un pH muy ácido.
Para
conservar un pH estable es necesario cuidar:
·
Nutrición: Comer alimentos ricos en
potasio, magnesio o calcio. Evitar refrescos, café y alcohol en exceso.
·
Ejercicio: Acelera el metabolismo y
elimina toxinas.
·
Mente sana: estado de salud mental y
emocional adecuado. Evitar el estrés y las tensiones.
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