La
alarmante situación de la sequía y la disminución de los recursos naturales que
vive el planeta ha puesto en sobre aviso a sus habitantes de un problema de alcance
mundial, como lo es el difícil acceso al agua dulce y potable para el consumo
seguro del hombre.
Más
del 97% de agua en el planeta es salada, mucha del agua dulce pertenece a los
glaciares y otro poco restante se encuentra en el subsuelo por lo tanto sólo
queda una fracción mínima disponible para los seres vivos y éstos la necesitan
para mucho más que tomarla.