Cuando uno va a un hospital o clínica a realizarse
algún tratamiento, lo que menos se imagina es que se termine con alguna
enfermedad o infección contraída en dicho recinto. Estas infecciones se
denominan nosocomiales y afectan a 5% de pacientes al año.
Las infecciones nosocomiales son muy peligrosas
porque tienden a ser resistentes a antibióticos y pueden causar enfermedades
severas. Existen diversas maneras de contraer dichas infecciones: de persona a
persona, contacto con alguna superficie infectada, vía aérea, comida, agua o
dispositivos médicos no o mal esterilizados.