miércoles, 15 de abril de 2015

Café Mañanero



Tomarse una taza de café por las mañanas se ha vuelto una rutina tan importante y necesaria como cepillarse los dientes.  El café es una deliciosa bebida que se puede tomar de diversas maneras y que además tiene numerosos beneficios para el organismo: disminuye el riesgo de diabetes, eleva la capacidad de alerta, disminuye la posibilidad de padecer demencia en la vejez, aumenta la potencia muscular, entre otros.

         Sin embargo, el café también tiene desventajas: aumenta la probabilidad de sufrir osteoporosis, altera el sistema nervioso, acelera el ritmo cardiaco y aumenta el riesgo de aborto.  Igualmente, la producción de café también supone desventajas para el medio ambiente, solo una taza de café necesita 140 litros de agua para elaborarse.


         El agua restante o sobrante de la producción de café es conocida como agua residual del café o agua miel, la cual generalmente es arrojada sin tratar a los ríos y lagos.  Esta acción es muy grave porque contamina el ecosistema y pone en peligro a los organismos que en él habitan.  


Las aguas residuales del café tienen alta toxicidad porque contienen residuos orgánicos como el metano, que es uno de los grandes responsables del cambio climático.


Afortunadamente, ya existe una iniciativa gracias a la cual se instaló un sistema en las grandes haciendas cafeteras para tratar el agua antes de arrojarla al medio ambiente. Este mismo sistema genera también un gas ecológico que puede ser utilizado para cocinar.



         Si queremos seguir disfrutando de placeres de la vida como el café, necesitamos exigir que en la elaboración se reutilicen los recursos, no se contamine el ambiente y que se ahorre lo máximo. 


Hay que recordar que sin recursos naturales como el agua tenemos que olvidarnos del placer de comenzar el día con una deliciosa taza de café.

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