Al
hablar de vidrio borosilicato nos imaginamos que es un elemento químico
complejo y alejado a nuestra cotidianidad. Lo cierto es que el borosilicato es
más común de lo que pensamos y está presente en muchos elementos de nuestras
vidas.
El
vidrio de borosilicato es un tipo de cristal resistente al choque térmico
(expansiones y contracciones por cambios de temperaturas) lo que lo diferencia
de otros tipos de cristales. Por lo tanto, es perfecto para utilizarlo en procesos
que impliquen cambios de temperatura.
El
cristal de borosilicato es predilecto al momento de realizar procedimientos
químicos en los laboratorios, sobre todo cuando se trabaja con altas
temperaturas. Los instrumentos elaborados con este tipo de cristal son muy
resistentes y estables. Con este material se realizan utensilios de laboratorio
como el beaker (vaso de precipitado), Erlenmeyer, cilindros graduados, entre
otros.
Pero
el cristal de borosilicato está presente en diversos artefactos y materiales de
uso cotidiano. Cuando horneamos un pastel o galletas utilizamos recipientes
hechos con vidrio de borosilicato que se caracterizan por ser refractarios y
resistentes a las altas temperaturas del horno.
También se usa para la fabricación de tazas de medición, hornos
microondas y lavavajillas. Además, está presente en distintos tipos de
lámparas, calentadores de acuarios, lentes de instrumentos, entre otros
dispositivos.
Una
innovadora manera de emplear el cristal de borosilicato ha sido en las
pantallas de equipos táctiles, gracias a su resistencia.
El
vidrio borosilicato está presente, inclusive, en la fabricación de
transbordadores, ya que se usa este material para recubrir las baldosas de
aislamiento térmico.
Por
lo que el cristal de borosilicato no es un material tan ajeno a nuestras vidas.
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resistencia.
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