Si
seguimos teniendo los mismos hábitos de consumo necesitaríamos de un segundo
planeta Tierra. Dado que esto es imposible, debemos mejorar nuestras prácticas.
La
huella de carbono es una manera de medir el impacto que deja una persona sobre
el planeta en su vida cotidiana. Se
trata de un recuento de las emisiones de dióxido de carbono (CO2), que son
liberados a la atmósfera por la comercialización de un producto o por las
actividades que realizamos continuamente.
El cambio climático se ha
agravado por las emisiones de gases de efecto invernadero como el metano, el
ozono, el vapor de agua, entre otros. Sin embargo, el gas más dañino es el
dióxido de carbono.
Por esta misma razón, es muy importante
calcular la cantidad de CO2 y
sobre todo determinar cuáles son las fuentes de emisión. Esto permite establecer
estrategias para reducir las emisiones de carbono e implementar medidas que
sean amigables con el medio ambiente.
Uno
de los beneficios de la huella de carbono es que puede fortalecer las
relaciones entre compañías y proveedores, ya que muchas de las estrategias
implican ahorro en los costos.
Es imposible devolver el tiempo y
advertimos del daño que le ocasionamos a nuestro hogar, la Tierra. Sin embargo,
aún estamos a tiempo de disminuir el deterioro, de retrasar y detener las
consecuencias del cambio climático.
¿No
conoces aún tu huella de carbono? Calcúlala ahora: http://calculator.carbonfootprint.com/calculator.aspx?lang=es
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