El
flúor normalmente lo asociamos a prácticas odontológicas pero este elemento
químico está presente en el agua potable, refrescos e incluso medicinas.
Dado
a las propiedades del flúor y a sus diversas aplicaciones, se ha visto envuelto
en controversias, ya que existe una parte que apoya los beneficios del mismo y
otra que denuncia su uso en productos de consumo humano.
El
flúor es un gas a temperatura ambiente amarillento y corrosivo. Este elemento
es muy usado, sobre todo en la industria dental, ya que fortalece los huesos,
evita las caries y crecimiento de bacterias.
Por
otro lado, el flúor es altamente tóxico y si se consume en exceso puede
provocar flúorosis, lo que ocasiona efectos contrarios a los buscados, como
debilitamiento en los huesos y en esmaltes (aparición de caries), afecta el
sistema nerviosos, trae problemas cognitivos y puede producir cáncer. Además,
puede provocar trastornos mentales ya que actúa como un sedante.
Esta
es la parte controversial de este elemento, se dice que Hitler ordenó
introducir grandes cantidades de flúor en las fuentes de agua potable por su efecto
sedante, de igual manera hizo Margaret Thatcher en Irlanda.
Para
los que no vivimos en Europa debemos resignarnos a consumirlo en pequeñas
cantidades y tratar de no exponernos en exceso para evitar poner en peligro la
salud.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario